María José Cabanes Oltra es Psicóloga General Sanitaria con una sólida formación y una amplia trayectoria en el ámbito clínico. En el centro IVANN, desarrolla su labor dentro del equipo multidisciplinar, ofreciendo atención psicológica.

A lo largo de su carrera, ha centrado su trabajo en el tratamiento de dificultades emocionales, trastornos del estado de ánimo, ansiedad y problemas derivados del estrés.

Su enfoque terapéutico se basa en la terapia EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares).

Actualmente, forma parte activa de grupos de trabajo del Colegio Oficial de Psicología de la Comunidad Valenciana, con especial interés en temas relacionados con la teoría del apego, el trauma y el bienestar psicológico a lo largo del ciclo vital.

En IVANN, María José participa en la valoración clínica inicial, el diseño de programas individualizados de intervención y el seguimiento psicológico de cada caso, siempre con una mirada integradora y centrada en la persona.

¿Qué es EMDR?

EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares) es un abordaje psicoterapéutico indicado eficaz y avalado científicamente, especialmente recomendado para trabajar con experiencias difíciles o traumáticas. Está indicado para tratar una amplia variedad de dificultades como el trastorno de estrés postraumático (TEPT), traumas complejos, ansiedad, fobias, duelos complicados, rupturas y pérdidas afectivas, trastornos alimentarios o síntomas disociativos, entre otros.

EMDR está reconocido por organizaciones internacionales como la OMS y la ISTSS como una de las terapias de elección para tratar problemas relacionados con el trauma.

Su base teórica es el Modelo de Procesamiento Adaptativo de la Información, que plantea que nuestro sistema nervioso está preparado para procesar de forma natural las experiencias que vivimos. Sin embargo, cuando una situación resulta abrumadora —por su intensidad emocional o porque sucede en una etapa temprana de la vida— ese proceso puede bloquearse, y los recuerdos quedan almacenados de manera disfuncional.

Este bloqueo puede deberse a eventos impactantes como abusos o accidentes, pero también a vivencias más sutiles pero repetidas, como la falta de protección, negligencia o abandono emocional durante la infancia. Todo depende de la historia de vida de cada persona: su entorno, la edad en la que ocurrieron los hechos, si fueron situaciones puntuales o repetidas a lo largo del tiempo, etc.

Cuando estas experiencias no se integran adecuadamente, pueden seguir influyendo en el presente, generando malestar, síntomas emocionales o dificultades en la vida cotidiana. El objetivo de EMDR es ayudar a que esas experiencias se procesen, pierdan carga emocional y dejen de interferir en el presente, facilitando así una recuperación más profunda y duradera.