Los profesionales del IVANN (Instituto Valenciano Neurociencias) nos vamos de vacaciones. Estaremos de vacaciones del 15-31 de agosto inclusive y esperamos venir con las pilas cargadas para daros la mejor atención.

Antes de despedirnos, os dejamos un artículo muy interesante sobre las vacaciones y el efecto que producen en el cerebro.

¿Quieres conocer todos los beneficios de las vacaciones? ¡Leénos!

Un enfoque desde la psicología y la ciencia

Cuando hablamos de vacaciones, solemos pensar en descanso, viajes, playa o montaña. Pero desde la psicología, las vacaciones son mucho más que un simple paréntesis: son una necesidad biológica y mental. En este artículo te explicamos, con base en evidencia científica, cómo afectan las vacaciones a nuestro cerebro y por qué son fundamentales para nuestra salud mental.


1. El cerebro necesita desconectar para funcionar mejor

Durante el año, muchas personas viven sometidas a altos niveles de estrés, exigencias laborales, rutinas exigentes y sobrecarga cognitiva. Esto tiene efectos directos sobre el cerebro: se activa el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal (HHA), lo que incrementa los niveles de cortisol, la hormona del estrés.

Estudios como el de Davidson & McEwen (2012) han demostrado que el estrés crónico altera el funcionamiento del hipocampo (clave para la memoria), la amígdala (relacionada con las emociones) y la corteza prefrontal (que regula funciones ejecutivas como la toma de decisiones o la atención).

➡️ ¿Qué hacen las vacaciones? Al reducir el estrés y permitir la desconexión de las rutinas, las vacaciones ayudan a regular el cortisol y a restaurar el equilibrio neuroquímico del cerebro.


2. Mejora del estado de ánimo y prevención del burnout

La psicología positiva ha demostrado que el descanso y el ocio están relacionados con un mayor bienestar emocional. Un estudio longitudinal publicado en Journal of Happiness Studies (Nawijn et al., 2010) mostró que las personas que planificaban y disfrutaban de vacaciones experimentaban un aumento en su nivel de felicidad, especialmente durante la anticipación y los primeros días del descanso.

Además, las vacaciones actúan como un factor de protección frente al burnout, un síndrome reconocido por la OMS que incluye agotamiento emocional, despersonalización y disminución del rendimiento. Según la psicóloga organizacional Christina Maslach, tomar pausas regulares y de calidad es una de las estrategias más efectivas para prevenirlo.


3. Estimulación cognitiva a través de nuevas experiencias

Las vacaciones no solo implican descanso pasivo. Cuando viajamos, cambiamos de entorno, aprendemos nuevas culturas, idiomas o actividades. Esta estimulación sensorial y cognitiva favorece la neuroplasticidad, es decir, la capacidad del cerebro para formar nuevas conexiones.

En palabras del neuropsicólogo Richard Davidson, «cambiar de entorno y exponerse a nuevas experiencias favorece la activación de redes neuronales poco utilizadas, lo cual mejora la creatividad, la flexibilidad cognitiva y la memoria de trabajo».

➡️ Incluso pequeñas escapadas o actividades nuevas en el entorno habitual pueden tener un impacto positivo en el funcionamiento cerebral.


4. Sueño reparador y ritmos biológicos

Durante las vacaciones, muchas personas tienden a dormir más y mejor. El sueño de calidad es uno de los factores más importantes para el equilibrio psicológico y neurológico. Dormir bien permite consolidar la memoria, regular las emociones y reparar tejidos neuronales.

Según investigaciones del Sleep Research Society, incluso una semana de vacaciones mejora la eficiencia del sueño y reduce la fatiga acumulada. Esto tiene un impacto directo sobre el estado de ánimo y la atención sostenida.


5. Reconexión social y emocional

La psicología también destaca el papel de las vacaciones como espacio para reconectar con las personas significativas: familia, pareja, amistades o incluso con uno mismo.

El apoyo social es uno de los factores protectores más estudiados en psicología. Compartir tiempo de calidad con los seres queridos activa circuitos cerebrales relacionados con la oxitocina (la llamada “hormona del vínculo”), reduciendo así la percepción del estrés y aumentando el bienestar emocional.


Vacaciones, una inversión en salud mental

Desde la psicología, las vacaciones no son un lujo, sino una inversión en salud mental y cerebral. Lejos de ser tiempo “perdido”, el descanso planificado, consciente y reparador favorece la regulación emocional, la plasticidad cerebral, el equilibrio hormonal y las relaciones sociales.

Por tanto, ya sea una gran aventura o una pausa tranquila en casa, lo importante es permitirse desconectar, reconectar y cuidar el cerebro. Porque un cerebro descansado, es un cerebro que piensa mejor, siente mejor y vive mejor.


Referencias científicas

  • Davidson, R. J., & McEwen, B. S. (2012). Social influences on neuroplasticity: Stress and interventions to promote well-being. Nature Neuroscience.
  • Nawijn, J., Marchand, M. A., Veenhoven, R., & Vingerhoets, A. J. (2010). Vacationers Happier, but Most not Happier After a Holiday. Journal of Happiness Studies.
  • Maslach, C., & Leiter, M. P. (2016). Understanding the burnout experience: recent research and its implications for psychiatry. World Psychiatry.
  • Sleep Research Society. (2019). The Benefits of Vacation Sleep: A Sleep Recovery Perspective.

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