¿Cómo reconocer un ataque epiléptico? Así es como hay que actuar ante un ataque de epilepsia.

En la población general hasta un 10% presentarán crisis epilépticas a lo largo de la vida. Es por ello, que todo el mundo, en alguna ocasión puede objetivar una crisis epiléptica. La mayoría de ellas ocurrirán en los hogares, pero no es raro ver a alguien que convulsiona en la calle.

Las crisis epilépticas pueden ir desde episodios muy breves de desconexión, pasando por pequeñas sacudidas involuntarias en una extremidad, hasta convulsiones prolongadas e intensas.

Las crisis epilépticas tienen lugar por descargas eléctricas excesivas de grupos de neuronas. Las descargas pueden producirse en distintas partes del cerebro y con ello, la forma de expresar la crisis dependerá del lugar donde tenga lugar esa descarga anormal. Y la epilepsia es una alteración del cerebro caracterizada por una predisposición duradera para generar crisis epilépticas y por sus consecuencias neurocognitivas, psicológicas y sociales.

Las causas de las crisis son muchas, y no todos los pacientes que presentan una crisis, acaban diagnosticándose de epilépticos.  La definición de epilepsia requiere la aparición de, al menos, una crisis epiléptica.

Las causas que provocan las crisis pueden ser por fiebre, alteraciones en los iones, hipoglucemias, cuadros infecciosos  sistémicos  (metabólicas). Por una lesión en cerebro (tumores, infecciones, hemorragias, ictus, hipoxia connatal, alzheimer, malformaciones,….) (sintomáticas aguda o remotas), por mutaciones  (síndrome) o sin una causa definida (idiopáticas).

Al igual que existen diferentes causas de crisis epilépticas, existen diferentes tipos de crisis, con grado variable de gravedad. Existen las crisis focales, que son las que se presentan con  movimientos involuntarios de una pierna o brazo, o incluso en media cara. En estas, los pacientes no pierden la conciencia y saben lo que les está ocurriendo. Estas crisis pueden progresar, afectando a la mitad del cuerpo o el cuerpo entero, siguiéndose de perdida de conciencia.

Otro tipo de crisis son aquellas en las que las personas pierden la conciencia, sin perder el tono, quedándose con la vista perdida, desconectados, sin responder a las preguntas. Suelen durar segundos hasta minutos, y al recuperarse, el paciente no recuerda lo que ha ocurrido, pudiendo estar en ocasiones confuso. Por último, las crisis más llamativas, son la que de forma súbita inicia con movimientos involuntarios de las extremidades, en ocasiones seguidos de extensión de extremidades con mucha tensión en la musculatura. Durante el episodio el paciente no responde, suele presentar los ojos abiertos, puede emitir sonidos guturales, y emisión de espuma por la boca, además puede asociar la pérdida del control de los esfínteres urinario y/o defecatorio, y leve tinte azulado alrededor de los labios. Cuando cese, el paciente estará confuso y desorientado, progresivamente se recuperará, pudiendo seguirse de cefalea o dolor generalizado, secundario a todo el esfuerzo realizado.

La duración al igual, que todo en la epilepsia, es muy variable, yendo de segundos de duración a pocos minutos. Aquellas crisis con duración superior a 5 minutos, deberían de ser remitidos al servicio de Urgencias. Después de la crisis, normalmente persiste un estado de confusión, estupor, que puede prologarse de forma variable hasta unas horas.

Las personas con epilepsia tienen más riesgo de fracturas y hematomas, derivados de las convulsiones, así como problemas de ansiedad y depresión, por las limitaciones que pueden tener, derivadas de las crisis.

Con todo lo que se ha explicado previamente, nos podemos hacer una idea la variabilidad que existe en las crisis epilépticas y los pacientes epilépticos. Se ha especulado mucho al respecto del manejo de una crisis epiléptica que sucede fuera del entorno médico, y es importante unas nociones básicas, además de sentido común, para una prevención de daños en los pacientes epilépticos, evitando que se haga daño y nosotros no le causemos más problemas. El grupo de Epilepsia y la Sociedad Española de Neurología publicaron el Libro Blanco de la Epilepsia en el 2013, donde se muestra los conocimientos que tiene tanto la población general, como cierto grupo de personal de área sanitaria al respecto de la epilepsia.

Según recomiendan desde la sociedad de Neurología, se recomienda como manejar una crisis epiléptica en la calle:

  • Mantener la calma y evitar que se acumule gente alrededor.
  • Poner al paciente en un lugar seguro, si pude ser sobre superficie blanda.
  • Intentar colocarlo en la posición de seguridad, con lo que el aire podrá entrar con mayor facilidad.
  • Si lleva pañuelo o corbata, aflojárselos.
  • No agarrarlo ni aguantar, para que no siga convulsionando.
  • No poner nada en la boca, ni duro que pueda hacerle daño ni otros objetos que puedan ser deglutidos y obstruir la vía aérea.
  • Buscar alguna identificación o información, que pueda hacernos pensar que era epiléptico conocido.
  • Es muy importante, fijar en que momento empieza para saber la duración de la crisis.
  • Cuando el paciente recupere el nivel de conciencias, debemos mostrarnos tranquilizadores y ambles, ofreciéndole llamar a familiar o amigo, y no dejarlo solo hasta que aparezca alguien conocido.

No en todos los casos será necesario avisar al 061 para que lo trasladen a un servicio de Urgencias. Habrá pacientes que irán acompañados y sabrán si es epiléptico, si la crisis que está teniendo es como las suyas habituales, al igual que la duración e intensidad, o si estaba enfermo por otro motivo estos días. El acompañante ayudará a tomar la decisión.

En los casos, en los que tengamos que ser nosotros lo que derivemos al paciente, habrá que valorar:

  1. Si la crisis dura 5 minutos o más.
  2. Si al acabar la crisis, repite de nuevo otra sin haber recuperado la conciencia.
  3. Si no se consigue saber si tenía antecedentes de epilepsia, ante la duda se remitirá al 061.
  4. Si estuviera embarazada o sospechamos enfermedad de base.
  5. Si parece que se haya hecho daño (golpe, hematoma,…).
  6. Si ni consigue recuperar un buen nivel de conciencia.
  7. Si tenemos dudas de que es lo que ha sucedido.

Desde el IVANN (Instituto Valenciano de Neurociencias) se ofrece orientación diagnóstica, tratamiento así como ayuda a los pacientes y familiares, con epilepsia, porque la epilepsia es una enfermedad crónica, en la mayoría de pacientes, y precisan una orientación en las diferentes etapas de la vida, sin que con ello limiten sus posibilidades de llevar una vida normal.

Dra. Ana Suller Marti, Neurología en IVANN

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