En los últimos meses hemos asistido a un repunte en el número de fármacos autorizados para tratar la esclerosis múltiple-EM-. Solo en el último año se han aprobado tres tratamientos nuevos para tratar esta enfermedad, en su forma remitente recurrente, es decir, en su forma a brotes. Incluso recientemente hemos sabido en un análisis intermedio de un ensayo clínico, los resultados esperanzadores de un nuevo fármaco para tratar la esclerosis múltiple primaria progresiva, forma de la enfermedad para la que no hay terapia eficaz hasta la fecha.

Con todos estos avances corremos el riesgo de dejar de lado otros aspectos importantes de la terapia como son el manejo de los síntomas asociados (dolor, espasticidad, espasmos, alteraciones del sueño, disfunción esfinteriana y sexual) así como la implementación de unos hábitos de vida saludables. 

En relación con este último aspecto, también ha habido en los últimos meses numerosas publicaciones y recomendaciones que es conveniente resaltar.

Hace ya mucho tiempo que existe una preocupación importante en relación con la dieta, incluso hace años se llegaron a realizar estudios en pacientes con esclerosis múltiple, con distintos regímenes dietéticos, sin llegar a encontrarse una clara relación entre los distintos tipos de dieta (haciendo hincapié especial al contenido lipídico de las mismas) y la evolución de la enfermedad, tanto sobre los brotes como en relación con la progresión de la discapacidad. Actualmente se recomienda una dieta sana, equilibrada y completa, siendo la llamada “dieta mediterránea” la que más se aproxima a esta recomendación.

También un tema candente es el de la influencia de la vitamina D en la evolución de la esclerosis múltiple. Cada vez es más frecuente incluir la determinación de esta vitamina en las analíticas que periódicamente se realizan nuestros pacientes. Es conocido desde hace tiempo la mayor prevalencia de la enfermedad en países más al norte, donde hay un menor número de horas de sol. Sí parece haber una correlación entre los niveles de vitamina D y la prevalencia de la EM,  pero no se ha llegado a establecer un claro beneficio de suplementar con esta vitamina sobre la evolución de los brotes o la progresión de la discapacidad. Sí parece claro que, si hay hipovitaminosis D se debe suplementar con preparados de Vitamina D exógena. Y desde luego es fundamental la explosión solar. Si tiene la suerte de vivir en un lugar con muchas horas de sol, no lo evite, a no ser que padezca alguna otra contraindicación para ello.

También la evidencia es creciente sobre los efectos nocivos del tabaco. ¡No fume ¡ y si ya padece este vicio, es un buen momento para plantarse el abandonarlo.

Evite el sobrepeso y realice un ejercicio aeróbico de intensidad moderada, pero con regularidad. Está demostrado que la realización de ejercicio físico moderado, aeróbico, mejora la resistencia al cansancio, la fatigabilidad (síntoma frecuentísimo en la esclerosis múltiple)  e incluso en algunos trabajos parece que se mejora el rendimiento cognitivo, en aspectos como la capacidad atencional y la velocidad de procesamiento de la información. Ejercicios en agua pueden ser adecuados pues además de los beneficios propios de dicho entrenamiento, reducen el calentamiento corporal que es sabido puede inducir la aparición de síntomas termo-dependientes o incrementar el cansancio. Mucho mejor si se deja aconsejar por profesionales de la fisioterapia; los tenemos muy bien cualificados en nuestro país.

En relación con el calor es conveniente evitar un excesivo calentamiento corporal .Si usted padeciese algún proceso febril (infección de orina, gripe…), debe saber que la fiebre puede incrementar el cansancio en gran medida, producir un malestar general desproporcionado, llegando incluso a entorpecer la capacidad de caminar. En estos casos, ante los primeros signos de proceso febril debe bajar la fiebre con aquellos medios físicos y/o farmacológicos que le indique su médico de cabecera.

Por ello también parece prudente que si es amante de la playa, al llegar el verano, evite la exposición solar, al menos en las horas del día en que los rayos solares inciden con mayor fuerza, refrésquese con frecuencia y protéjase adecuadamente del sol.

Espero que con estas sencillas recomendaciones podamos ayudarle a vivir mejor y a integrar de manera más satisfactoria los síntomas de su enfermedad, para poder llevar una vida lo más plena posible.

Dr. Lamberto Landete

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