Eres de los/as que…

… Ante las decisiones busca la opinión y aprobación de los demás?

… En tu vida tiene gran peso “el qué dirán”?

… Con frecuencia te comparas con los demás, sintiéndote en inferioridad a ellos?

… Habitualmente intentas agradar a los demás, olvidándote incluso de dedicarte tiempo a ti mismo y de cuidar tu espacio personal?

… Antepones las necesidades, las opiniones y los sentimientos de los demás a los tuyos?

… Esperas que los demás se comporten de determinada manera y no obtienes lo que deseas?

… Mantienes relaciones tóxicas, que te restan energía en lugar de aportarte crecimiento?

… Con frecuencia te criticas a ti mismo, revisando lo que has dicho o hecho, juzgándote de manera negativa por ello y diciéndote cómo deberías haber actuado o dicho?

… Te cuesta reconocer y alabar tus cualidades personales, talentos y habilidades?

Vivimos en una sociedad altamente competitiva, en la que el mensaje imperante viene a ser algo así como “si quieres triunfar en la vida, has de ser el mejor”. Esta máxima se va grabando en nuestro inconsciente desde que somos niños. Los medios de comunicación, las políticas sociales y educativas diseñadas, y hasta nuestro entorno más cercano (conformado por nuestra familia, los vecinos de nuestro barrio y comunidad, nuestros maestros y nuestro grupo de amigos) influenciados por esta máxima social y cultural, continuamente nos transmiten mensajes del tipo “debes ser perfecto” (…y ser el mejor para ser aprobado por la sociedad, de lo contrario serás un fracasado), “no puedes cometer errores” (si no, no serás valido)… Esto nos lleva a ir desarrollando desde la infancia la creencia (irracional e inconsciente) de que si no cumplo con los estándares de perfección de la sociedad, si no satisfago las expectativas de los demás (ser un hijo modélico, ser un alumno brillante, ser un niño “ejemplar” -con un comportamiento y responsabilidades de adulto-, etc), corro el riesgo de ser rechazado, abandonado, humillado, no amado.

Es entonces cuando buscamos la aprobación y el reconocimiento de los demás tratando de agradarles, anteponiendo sus necesidades, sus opiniones y sus sentimientos a los nuestros, y corriendo el riesgo de olvidarnos de nosotros mismos. Nuestro yo auténtico queda relegado a un segundo plano… nuestra autoestima se ve resentida. Por otra parte, aparece la autocrítica negativa, azotando y mermando nuestra valía personal, diciéndonos un sinfín de “deberías” para llegar a ser perfectos (“debería haber dicho o hecho algo diferente”, en lugar de lo que he dicho o hecho). Reconocemos nuestros defectos, nuestras limitaciones, pero negamos o no valoramos nuestras virtudes, cualidades personales y talentos. Y somos la integración de ambos: limitaciones y virtudes.

En suma, una autoestima baja dificulta las relaciones sanas, al no existir una comunicación sincera y abierta; dificulta la toma de decisiones, genera inseguridad y desconfianza en uno mismo, provoca malestar al compararnos con los demás, y un largo etcétera, mermando el sentimiento de valía personal e impidiéndonos vivir una vida plena y consciente. Una persona con autoestima sana reconoce tanto sus limitaciones como sus talentos, y se respeta, se acepta, se valora y se quiere a si misma por quién es. Con autenticidad, sin necesidad de reconocimiento por los demás, sin exigirse más de lo que realmente es. Cuanto más nos queremos y aceptamos a nosotros mismos, menos dependemos de la aprobación de los demás. Si uno mismo no sabe aceptarse, respetarse y amarse a sí mismo, con sus virtudes, sus sombras y sus limitaciones, difícilmente podrá aceptar las limitaciones del otro y amar sin condiciones.

Con una autoestima sana tenemos más confianza para actuar, para avanzar en la vida e ir en pos de nuestras metas. Conectando con nuestro interior, descubrimos nuestro potencial y nuestras fortalezas para crear nuevas oportunidades, para atraer abundancia a nuestra vida , y tener relaciones mejores y más saludables.

Por ello, desde el IVANN, os proponemos un taller para:

• Tomar conciencia del patrón que rige en tus relaciones personales, comprendiendo su origen.
• Conectar con quién eres, con tu yo verdadero sin máscaras sociales
• Revisar los miedos y creencias que te limitan
• Tomar conciencia de tu potencial, de tus fortalezas y logros personales
• Fortalecer tu autoestima
• Mejorar tu comunicación y tus relaciones personales y sociales
• Atreverte a ser tu mismo y ser el protagonista de tu propia vida
• Clarificar lo que quieres en la vida

En un ambiente de respeto, seguridad, calidez y acompañamiento, a través de este taller dinámico y vivencial obtendrás los siguientes beneficios:

• Tomarás conciencia de tus fortalezas y de tus logros, aprendiendo a enfocarte en ellos para conseguir la vida que deseas
• Adquirirás herramientas para creer en ti mismo y elevar tu autoestima, mejorar tu salud emocional y aumentar tu bienestar
• Descubrirás quién eres realmente, más allá de tus creencias, qué deseas y que necesitas, comprendiendo tu forma de actuar
• Aprenderás a aceptarte tal y como eres para avanzar con fuerza, decisión y confianza hacia tus metas en la vida
• Elevarás tu nivel de energía personal, mejorando tu nivel de concentración y enfoque. Comenzarás a ser el líder de tu propia vida
• Aprenderás técnicas de comunicación para expresarte desde el “yo”, mejorando tus relaciones sentimentales, laborales y sociales
• Aprenderás a decir NO, a expresar claramente tus necesidades, opiniones y sentimientos
• Clarificarás tus objetivos en la vida, comenzando a vivir la vida que realmente deseas desde tu yo más profundo y auténtico
• Obtendrás paz y armonía en un ambiente de acompañamiento, relajado, de confianza, respeto, seguridad y calidez.

A partir de este taller comenzarás a vivir una VIDA mucho más CONSCIENTE día a día, poniendo rumbo hacia la vida que realmente deseas con decisión, con plena libertad, sin ataduras, sin dependencias, con AMOR incondicional hacia ti mismo y hacia todo lo que forma parte de ti, construyendo unas relaciones sinceras y saludables… En definitiva, TE AMARÁS CON LOS OJOS ABIERTOS…

Dra. Segun Sánchez